jueves, 30 de noviembre de 2017

La Integridad Sistémica



Los cinco principios básicos que sustentan el Naturismo Ecológico (NEC) y el reto de la salud integral (RSI) que desde él promovemos son: a) La integridad sistémica; b) Las triadas vitales; c) Especificidad Anatomofisiológica y Macrofunciones; d) Séptuplo  Esencial de Hábitos y Estilos de Salud y Vida y, por último,  e) La programación espacio-temporal y el espíritu de equipo en el logro de la salud integral. 
Un reto como ése de la salud integral, amerita de un cuerpo principista que le dé sustento y coherencia a cada momento y exigencia del mismo.  Se trata de pautas sencillas pero, al mismo tiempo, sólidas y profundas que puedan tenerse en cuenta y aplicarse por cualquiera que se proponga el reto. Por eso hablamos de principios y, al mismo tiempo, de requisitos.
Algunos de esos cinco principios ya han sido aludidos, indirectamente, en otras entradas de este blog; por ejemplo, la teoría general de sistemas o el elemento humano-biosférico. Pero aquí se trata de hacer explícita la pertinencia del quinteto  de principios, como requisitos para asumir el reto de la salud integral desde la perspectiva del Naturismo Ecológico NEC. Ya no se trata de una alusión teórica general o referencial. Se trata de poner en evidencia que, si queremos en verdad asumir el RSI, debemos incorporarlos cotidianamente con libertad pero también con aliento normativo y principista. Cada quien lo hará “a su manera”, con sus propias fibras y neuronas, porque no hay otra opción, y eso es lo que normalmente hacemos todos (o casi todos), en todos(o casi todos) los ámbitos de la vida. Pero lo importante a tener presente es que, si queremos lograr el objetivo y el reto de la salud integral que nos merecemos y que podemos alcanzar con el apoyo de las herramientas del naturismo ecológico, hay que hacerlo. Y si eso lo predicamos –como ya lo hemos expresado antes-, no es sólo porque lo creemos sino también (y principalmente) porque lo practicamos y hemos visto sus resultados en nosotros mismos y en muchas otras personas que lo han hecho.
Con esa convicción y creencia es que sometemos a la consideración del lector en éste y en próximas entradas, los cinco principios/requisitos. Como se podrá ver, cuando se tenga el quinteto completo, allí se resume lo fundamental de los aprendizajes y certidumbres que, en ese terreno de lo principista-axiológico, hemos ido acumulando y compartiendo a lo largo de estos años. Ello no significa que, eventualmente,  estemos cerrados para enriquecerlos y/o modificarlos, en caso que haya que hacerlo. Por ahora es ese “pentáculo principista” y, como tal, invitamos al lector a que lo consideren en su conjunto, empezando por el que ahora le mostramos: la Integridad Sistémica.

INTEGRIDAD SISTÉMICA
Hablamos de integridad, en plena consonancia con  las dos acepciones que aparecen en el DLE: que “no carece de ninguna de sus partes” y que “conecta con lo recto, probo, intachable”. Por su parte lo sistémico alude directamente a la Teoría General de Sistema (TGS) de Bertalanfly. Como se sabe, según la TGS, las propiedades de los sistemas no pueden describirse significativamente en términos de sus elementos separados. La verdadera comprensión de ellos sólo ocurre cuando se estudian globalmente, involucrando la totalidad de los elementos participantes  y, sobre todo, su dinámica interdependiente. He allí la esencia de este principio y requisito.
Cualquier paso que se dé en pro de nuestra salud integral, por muy simple y específico, debe ser siempre visto y asumido de una manera  integral, sistémica, holística, coherente. Y no se trata de un slogan o consigna sino de un norte verdadero, al que nos dirigimos porque se tiene la convicción de lo correcto.
Normalmente las enfermedades (y los procesos de sanación que como naturópatas, nos planteemos para superarlas), no se presentan en forma generalizada en todo el cuerpo, sino en algunas partes, órganos y/o sistemas. Tampoco suelen estar afectadas todas las macrofunciones sino alguna(s) en específico. Nos duele una articulación en una de las extremidades superior o inferior (o en las dos, como suele suceder en las simétricas afectaciones articulares de la AR). No se nos suele presentar el dolor en las 360 articulaciones del cuerpo humano. Y si mostramos otro hipotético caso: se nos presenta una candidiasis, por ejemplo, en la mucosa bucal (no suele presentarse una afectación micótica/bacteriana en todos y cada uno de los componentes del sistema gastrointestinal). En ambas situaciones, la atención debe ser específica, focalizándola en el órgano, tejido o la macrofunción inicialmente afectados, pero sin perder de vista la totalidad cercana y particular del sistema cuya parte o componente está siendo tratado. Al menos a ese sistema particular óseo-muscular o gastrointestinal –para el caso de los dos ejemplos antes considerados de la articulación o la afectación bucal por candidiasis-, debe prestársele atención específica para que el proceso de sanación sea más pleno y sustentable. Pero el naturópata también debe –está obligado por este principio- a echar un ojo, hacer una revisión aunque sea general, al conjunto de los ocho sistemas restantes, al conjunto de las macrofunciones y a los hábitos y estilos de vida que puedan estar influyendo en la afectación por la que el paciente (tal como llega y que queremos se convierta en haciente cuando salga) va a la consulta naturopática.
Y eso que decimos de un órgano con respecto a todo el sistema específico del que forma parte y de un sistema respecto al suprasistema total del cuerpo humano (con sus 9 sistemas anatomofisiológicos y sus 5 sentidos), pudiera también generalizarse asuprasistemas más amplios. Es el caso, por ejemplo, de una afectación viral o bacteriana de un individuo que –como lo saben muy bien los infectólogos y epidemiólogos-, pudiera quedarse corto el naturópata si no extiende la mirada hacia el grupo familiar y, ¿por que no? al de la comunidad en donde puede estar el foco del patógeno que está en la raíz del problema. Alguien pudiera pensar que esa mirada más amplia, no le corresponde al naturópata y que éste debe enfocarse sólo en atender la afectación viral o bacteriana que está generando el problema en el paciente que acude al centro naturopático. Ése sería el punto de vista asistémico, no integral, sectario que, tal vez, le haga más fácil su trabajo, pero no el que, desde el punto ético, de la integralidad sistémica, le corresponde hacer en pro de la salud integral. Si detecta alguna situación en ese orden –por ejemplo, el riesgo de una epidemia por criaderos de vectores-, el naturópata debe, al menos, alertar del riesgo epidemiológico que corre esa familia y la comunidad en donde está inmersa.
La integridad sistémica como principio para asumir el reto de la salud integral, parte de la esencia misma de lo que es cada célula humana como sistemas abiertos, en permanente intercambio de materia y energía con su entorno. En cada una de ellas ocurren todas las funciones vitales, por lo que se le considera la unidad fisiológica de la vida. En el caso de los organismos unicelulares esa única célula lo es todo, pero en los multicelulares con la complejidad propia del Homo sapiens (con multiplicidad de tejidos y por tanto de células de las más variadas características e interrelaciones), el grado de coordinación sistémica tiene que ser altamente exigente y sofisticado. Ello es lo que garantiza el equilibrio entrópico que hace posible la vida y la salud integral. Sin perder de vista, como veremos en el principio de las triadas vitales que, por encima de todo, somos cuerpo, mente y espíritu; es decir, somos un conjunto anatomofisiológico bien característico, pero también afectos, emociones, sentimientos, espiritualidad… Cuando hablamos de “equilibrio entrópico” nos referimos a toda esa totalidad y no únicamente a la de los nueve sistemas que conforman la anatomía humana (SNervioso, SCVascular, SRespiratorio, SGIntestinal, SEXcretor, SOMuscular, SINmunitario, SGEndocrino y SSReproductor, de acuerdo con las siglas que estamos utilizando para denominarlos, tal como aparecen en la gráfica que acompaña el título, junto al Hombre de Vitruvio, de Leonardo Da Vinci).

De allí que cuando hemos ilustrado, con unos ejemplos sencillos, problemas de salud en una parte de un sistema (o vinculados a una macrofunción específica), lo que queremos mostrar es, en esencia, la pertinencia de este principio/requisito: la atención específica y particular de una afectación de salud, nunca debe perder de vista el conjunto, la totalidad sistémica en la que dicha afectación y el proceso de sanación que promovamos, está inmersa. Y eso que decimos de una enfermedad, también puede decirse de cualquier otro componente o variable de la salud integral como, por ejemplo, la ingesta de nutrientes, los procesos excretores o la actividad respiratoria. Cualesquiera de esas macrofunciones particulares debe entenderse y atenderse en el marco más amplio en el que están inscritas y como parte del funcionamiento general del suprasistema que somos como cuerpo, mente y espíritu. De esa forma estaremos viendo, junto a las partes, el todo que somos como Homo sapiens y, desde el punto de vista de la ética y los valores naturopáticos, nos estaremos conectando con lo recto, lo probo, lo intachable.
¿Qué somos?

Naturismoysaludintegral.blogspot.com es un espacio para el intercambio y la divulgación de todos aquellos temas y contenidos relacionados con el Naturismo Ecológico (NEC),  en su conexión con los procesos de sanación y, especialmente, con la Salud Integral (SIN).
Cuando hablamos  del NEC nos referimos a  esa corriente naturista que hace énfasis no solo en el empleo y jerarquización de lo natural por encima de lo artificial, sino en las interrelaciones ecológicas que se establecen en el contexto biosférico en el que los humanos comulgamos con el resto de los seres vivos del Planeta. Los elementos fundacionales sobre los que toma cuerpo el NEC, como práctica y corriente de vida y pensamiento de quienes en él militamos, son siete: luz-energía, aire, agua, tierra, lo humanobiosférico, el ADN sociocultural y, por último, el elemento espiritual.
En estos siete elementos fundacionales se asienta todo el andamiaje sobre el que se construyen las relaciones y vivencias naturistas y ecológicas que le dan sentido a esta forma de entendernos y asumirnos como humanos con un sentido y una misión trascendente.  Ello mucho más allá de las distintas creencias religiosas o de otra índole presentes en los diferentes continentes y regiones del planeta. Esas diferencias étnicas, culturales, ideológicas, etc., debemos asumirlas con la natural percepción que se asume la unidad en la diversidad que nos caracteriza como individuos y como parte de los grupos sociales en donde hacemos vida. Pretender una ficticia homogeniedad sería una forma artificial, anti-natura, de entender la vida en El Planeta y, en particular, la vida de los seres humanos que en él tenemos el privilegio de existir.
En lo que respecta a la SIN,  en el naturismo ecológico la entendemos como un reto cotidiano. El Reto de la Salud Integral (RSI) está estrechamente vinculado con el diseño biológico que, a lo largo de varios milenios,  hizo posible el  tránsito desde la especie cazadora y recolectora que éramos, hace apenas 10 mil años atrás, hasta lo que hoy somos. Todo ello en un complejo proceso de  arriago al territorio y civilizatorio que comienza con el descubrimiento  y práctica de la agricultura y la domesticación de animales, y que continúa hasta lograr el peculiar ADN sociocultural y las formas muy específicas de espiritualidad que han tomado cuerpo en las diferentes regiones del planeta.
El RSI, tal como lo entendemos desde la perspectiva del NEC se basa en cinco principios y requisitos fundamentales: a) La integridad sistémica; b)Las Triadas Vitales; c)La especificidad anatomofisiológica y las macrofunciones; d) El Séptuplo  Esencial de hábitos de salud y vida y, por último,  e) La programación espacio-temporal y el espíritu de equipo. Estos principios/requisitos del RSIN coinciden, en lo fundamental con los postulados y exigencias de la naturopatía como uno de los modelos de medicina natural, validados por la OMS, con sus propias exigencias y coordenadas. No obstante esa importante validación, acá los queremos entender y enfocar, fundamentalmente, desde la perspectiva del Narurismo Ecológico.
Estos cinco principios del Reto de la Salud Integral (RSI), tal como lo asumimos en el contexto del naturismo ecológico son, al mismo tiempo, requisitos para trabajar en el logro de ese objetivo. Hablamos de principios pero también de requisitos porque se trata de ambas entidades al mismo tiempo y no de una sola de ellas. Verle sólo una de ambas facetas desnaturalizaría el sentido que tienen en el RSI. Son “requisitos” porque se trata de condiciones y circunstancias necesarias para asumir el reto. Pero no queremos que se entiendan como simples “herramientas instrumentales”, sino también dentro de esa atmósfera con la que se rodean las cuestiones principistas. Por eso es que son ambas entidades;  en algunas circunstancias se enfatiza su carácter instrumental, pero en otras la cuestión axiológica.

Tanto sobre los siete elementos fundacionales del NEC, como de los cinco principios que le dan cuerpo al Reto de la SIN, volveremos en próximas entregas de naturismoysaludintegral.blogspot.com