La Dieta Margariteña: DIETMAR (1/2)
La DIETMAR es la confluencia de una serie de elementos
gastronómicos, ideosincráticos y, en general, de índole cultural que han venido
echaron raíces en las geografías insulares de Margarita, Coche y Cubagua, a lo
largo de más de 500 años de arraigos y mestizajes diversos. Sus cimientos
pueden explorarse a partir de tres grandes excavaciones: a)La tradición
originaria guaiquerí más ancestral fundida con la de índole popular-comunitario,
a partir del mestizaje que comienza con la ocupación de Cubagua por los bancos
de perlas que allí descubrieran los acompañantes del tercer viaje de Colón,
bajo el liderazgo de Giacomo Castiglione, alias Santiago Castellón; b)El legado español-mediterráneo que dejaron
los conquistadores, a partir del momento en que S.Castellón funda “Nueva Cádiz”,
poco antes de 1500 y, sobre todo, después del terrible terremoto y tsunami de
1541, cuando se expande la mudanza hacia Margarita y se profundiza el mestizaje
con los ocupantes originarios de la mayor de las tres islas que hoy conforman
el Estado Nueva Esparta; c)El tercer elemento resume el aporte de diversas
vertientes que incorporan sus aguas a las dos anteriores. Resaltan, en este
tercer yacimiento, , los aportes vinculados a la emigración europea y medio-oriental
de las postguerras, a partir del segundo cuarto del siglo XX pero, sobre todo, los
que se producen desde el sismo económico y cultural que se dio en la isla a
comienzo de los años 70, cuando arranca definitivamente el nuevo régimen
aduanero conocido como la “Zona Franca”.
En esta primera entrega, nos
detendremos en algunas precisiones sobre el carácter y significado de esos tres
grandes fuentes nutricias de la Dieta
Margariteña, para luego abordar y publicar, en nuestro blog y sitio web, la segunda
parte con los componentes más específicos, -de tipo gastronómicos, ideosincraticos,
ciivilizatorios, etc-. de la DIETMAR. Veamos, por separado, cada una de las
tres vertientes, en el mismo orden en que fueron anunciadas:
a)Cuando hablamos de la tradición originaria guaiquerí y su fusión
con “lo popular-comunitario” que se desarrolla a partir del mestizaje, nos
referimos a esas otras perlas que se fraguaron en las conchas de la insularidad
margariteña-coche-cubaguense, a lo largo de los siglos, desde cuando los
ancestros originarios sembraron sus raíces en estas tierras, soportando
huracanes y sequías y el eventual acoso e intentos de invasión, incluso, de otras
etnias caribeñas con mayor vocación
conquistadora, como fueron los caribes –kariña: solo nosotros somos gente-, provenientes de sur del subcontinente y
de otras islas caribeñas. La invasión y asentamiento definitivo de los
españoles en la mayor y más fértil de las tres islas, a lo largo del siglo XVI
y XVII, siempre tendrá diversas lecturas, dependiendo de la óptica con la que
se miren estos procesos “civilizatorios” y de conquista de unos pueblos por
otros que, en las distintas coordenadas de tiempo y espacio, marcan la historia
de la humanidad. En el último 12 de octubre de la presente década pronto a fenecer,
se dio una interesante polémica en el país, a propósito del comentario hecho
por personeros gubernamentales, sobre el nombre de una emblemática autopista
caraqueña. Casualmente, el Francisco Fajardo centro de la polémica, ha sido,
históricamente, uno de los estandartes más emblemáticos de ese mágico mestizaje que tuvo lugar desde
aquellos remotos tiempos, cuando los invasores españoles comenzaron a fundir
sus genes –a empreñar-, a las irresistibles y hermosas indígenas que poblaban
estas comarcas. Es lo mismo que ha sucedido en todo el globo terráqueo desde
las lejanías asiáticas hasta las cercanías ibéricas, pasando por los inter-medios
del Cercano y Lejano Oriente. Lo mismo que sucedió siglos atrás en los subcontinentes
de nuestra América: en el sur, donde los portugueses ocuparon y colonizaron con
lusitanos y numerosos esclavos africanos, el mayor de los territorios, a pesar
del predominio español en el resto del subcontinente y que buena parte de las
islas caribeñas terminaron colonizadas por los reinos de Inglaterra y Francia.
En cualquiera de los casos del planeta Tierra que se examinen, encontraremos la
misma imposición/fusión de genes y culturas, la mayoría de las veces a sangre y
fuego. De allí que hoy se puede afirmar, sin ningún género de dudas, que a los
indígenas en territorio venezolano y margariteño, si no los hubiese colonizado
el Reino de Castilla, lo habría hecho cualquier otro. Lo importante hoy en día
es que a los herederos de ese mestizaje nos toca extraer de ese irremediable
legado lo mejor de lo mejor y proyectarlo al futuro, como lo han hecho,
seguramente, los europeos invadidos por los “bárbaros” y por los “moros”(invasores
postrománicos a la península ibérica); o como lo han tenido que hacer los norteamericanos
de USA y Canadá, luego de que colonos ingleses y franceses ocuparan los
originarios territorios indígenas de ese subcontinente. ¿Cuál fue el legado guaiquerí
que sobrevivió y se fundió con el mestizaje que surge a partir de 1541, hasta
el primer cuarto del siglo XX, cuando las corporaciones petroleras aún no había
empezado a estampar su sello en estas tierras, ni las oleadas migratorias del
Medio Oriente y Europa comenzaron a llegar a la isla? Esa es la gran pregunta que
debemos proponernos responder, para darle cuerpo histórico y conceptual a este
primer fundamento de la DIETMAR.
bILo que aquí llamamos, en forma más
específica, el legado español-mediterráneo,
sería muy difícil separarlo de la anterior vertiente, pero, sin duda, se puede y
podría plantearse como una interesante tarea, en el ámbito de la investigación
académica y de campo, para historiados, antropólogos, nutricionistas y demás
especialistas vinculados al tema. En el área musical ha sido ampliamente
explorada ese legado hispánico: nuestros polos, galerones, jotas y demás
expresiones musicales margariteños, sin duda tienen el sello de sus ancestros ibéricos
originarios. La búsqueda de ese legado habría que extenderlo al ámbito de lo
gastronómico y dietético. Y a ese lejano aporte ibérico de los conquistadores, habría
que agregarle lo que las distintas regiones de aquella península, han aportado
más recientemente, cuando gallegos, catalanes, canarios, lusitanos, etc
emigraron huyendo de los horrores de la Guerra Civil española y de la II Guerra
Mundial. Muchas son las preguntas que en esa dirección flotan en el ambiente y
podrían formularse: ¿Cuántas de nuestras plantas, frutas, verduras, yerbas
medicinales “criollas” provienen de aquellas semillas que en forma “oficial”, en
las valijas diplomáticas, o de forma espontánea, en sus faltriqueras, trajeron
los colonizadores? ¿En cuántos guisos, dulces, estofados de la culinaria
“criolla” hay una fuerte presencia de las matronas de las diversas regiones de
España/Portugal y que, en el cauce de los siglos, se incorporaron a la
gastronomía que asumimos hoy como “auténticamente margariteña”? No pretendemos
que alguna o el conjunto ilimitado de esas preguntas sean respondidas ni aquí
ni de inmediato, pero queremos plantearlas de una vez, para abrir trochas,
brechas y amplias avenidas al inevitable debate y diálogo de saberes que habrá
que desarrollar en la medida en que tomen cuerpo definitivo las diferentes
aristas de la DIETMAR.
c)Para concluir la primera parte de estas
formulaciones introductorias, aludiremos a los diversos aportes vinculados a la
emigración europea y medio-oriental de las postguerras, durante el segundo
cuarto del siglo XX. Sin embargo, queremos enfocarnos más en el sismo económico
y cultural que se da en la isla desde comienzo de los años 70, cuando arranca
definitivamente el nuevo régimen aduanero conocido como la “Zona Franca”.
¿Quién podría dudar que el Puerto Libre que tomó cuerpo definitivo en las
últimas décadas del siglo XX, cambió el panorama socioeconómico y cultural de
Nueva Esparta? Al universo de la Dieta Margariteña -ya existente antes de que
llegaran e impusieran los tax free shop-,
sin duda se han introducido cambios de significativa pertinencia a la hora de
ponderar el status actual de la DIETMAR. Y aunque en esta galaxia tampoco haya mucho
consenso y las populares canciones de Chico Mata y de Perucho Aguirre hayan
dado ya su veredicto respecto al balance beneficios/prejuicios de la zona
franca, lo responsable, 50 años después de instaurada, es que el aporte de
estos últimas 6 ó 7 décadas se haga desapasionadamente y con la mayor
ecuanimidad y ponderación posible. En resumen, desde el CMTTC creemos que no
todo el balance de la zona franca y de la emigración europea y medio-oriental sea
negativo. De allí que el reto actual debe ser el de rescatar todo lo bueno
rescatable, para enriquecer y consolidar
una DIETMAR de mayor entidad ideosincrática, gastronómica y cultural, que dé su
mejor contribución a la salud integral y a la vida en plenitud y felizestar de
propios y extraños y se extienda más allá del perímetro continental, hacia
todos los confines del Planeta. La DIETMAR tiene con qué y a los margariteños y
venezolanos del presente, nos corresponde hacer la tarea.-
Lanzamiento
preliminar, el 18.11.20, desde La Fuente de
Paraguachí, en el Municipio Antolín del Campo.