La Dieta
Margariteña. Elementos constitutivos (2/2)
La Dieta Margariteña tiene como eje fundamental de referencia y desarrollo
al mar y sus productos. Difícilmente pudiera ser de otra manera. Sin
embargo, sería un error no incluir la pertinencia y el aporte geográfico y
dietético de los fértiles valles interioranos de algunos municipios (Díaz,
Gómez, Antolín del Campo, Arismendi, etc) o las xerófilas lomas y sabanas de la
península de Macanao y las de Villalba en Coche. Es toda una historia y
geografía territorial y humana que se ha ido integrando a lo largo de los
siglos hasta gestar ese mágico producto, con cuerpo, mente y espíritu insular
que resume la DIETMAR.
Aquí resumiremos algunos de los
principales componente constitutivos de nuestra DIETMAR. Lo hacemos desde la
perspectiva de global, holística, con que el naturismo ecológico y la
naturopatía enfocan los procesos naturales y socio-culturales que nos involucran
como especie líder que somos, en el apasionante y complejo Arbol de la Vida en El Planeta.
El tercer nivel de la pirámide
pretende resumir un muestrario mínimo, en lo posible lo más representativo, de
la extensa gama de productos que brotan de esa generosa naturaleza insular,
tanto desde sus costas y emblemáticas palmeras de coco y sembradíos de patilla,
melón o frijoles, hasta lo que producen los valles interioranos antes aludidos.
Lo que ya sabe el pescador y campesino margariteño es que la fertilidad del mar
y de la tierra insular no tiene límites, siempre y cuando se garantice -en el
caso de los sembradíos- el mínimo necesario de agua dulce, para evitar que
nuestros “prolongados veranos” achicharren las raíces de lo sembrado.
El gráfico circular de la parte
superior de la pirámide, pretende porcentualizar los tres ingredientes
fundamentales de la DIETMAR: un 70-75% que estaría cubierto por productos
vegetales en general (frutas, verduras, granos, etc); un 20-25% de proteínas
animales, fundamentalmente pescados, en sus diferentes variedades y
presentaciones; y 5-10% a cubrir con lo que, según ell tercer cimiento,
pudiéramos identificar como “delicatesses
de la zona franca” y de las gastronomías de las diversas emigraciones
(árabe, española, italiana, portuguesa, asiática, etc). El margen de
variabilidad en los tres bloques de porcentajes se explica por cuanto sería
ocioso e impracticable el proponer unos porcentajes rígidos. Ello negaría la
necesaria y obligante flexibilidad de todo palpitar humano, sobre todo cuando
se hace societario y siembra raíces en un tiempo histórico siempre cambiante.
De lo que se trata es de tener dichos porcentajes como una referencia general
que orienten los más sanos criterios dietéticos y culinarios, tal como los
entendemos desde el campo del naturismo ecológico y la naturopatía. No caben
aquí dogmatismo de ninguna índole. Se trata de que cada quien ejerza su libre
albedrío, apuntando siempre hacia la dieta más saña y la vida más plena
posible.-
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