NEC Y SALUD
INTEGRAL COMO FILOSOFÍAS DE VIDA
Y EL ESPÍRITU DE EQUIPO
La relación entre el Naturismo
Ecológico (NEC) y la Salud Integral (SIN), tal como la concebimos desde este
blog, no puede ser asumida desde otra óptica sino como “filosofía de vida”, como convicción práctica del día a día.
Sabemos que la coherencia en forma permanente
entre pensamiento y acción, nunca será una tarea fácil ni en éste ni en otros
ámbitos de vida en las sociedades humanas. Pero el reto se puede plantear y
alcanzar en algún grado, si hay pleno convencimiento y si confluyen el resto de las coordenadas y
circunstancias que abonan esa meta. Una de esas coordenadas son los 5
principios en los que se sustenta el NEC. De dos de ellos (la Integridad Sistémica y las Triadas Vitales), ya hemos comentado en
anteriores entradas del blog. En esta oportunidad vamos a referirnos al quinto
principio/requisito: la programación espacio-temporal y espíritu
de equipo. Más concretamente, vamos a detenernos en el tema del espíritu de equipo que debe permear y
transversalizar el reto de la salud
integral. No es temerario afirmar que, sin ese requisito, difícilmente dicho
reto podría concretarse.
Cuando hablamos de “espíritu de equipo” lo hacemos, tanto
desde el punto de vista antropológico más lejano –somos lo que hemos llegado a
ser como especie, en buena parte, por la forma superior como las manadas
Homo sapiens originarias asumieron la vida y el trabajo en equipo-,
como en las exigencias de la moderna cotidianidad. Y aquí identificamos “equipo”, desde lo más elemental, como
pudiera ser la pareja que, un buen día se conoce y enamora y que, al cabo de
varias décadas logra construir el modelo de familia –grupo o equipo familiar-, como
las que existen en la mayoría de las etnias del Planeta. También se puede
extrapolar hacia los más sofisticados equipos que logran conformar desde las individualidades
excepcionales, hasta las más complejas corporaciones,
gobiernos, etc para los más diversos
objetivos. Desde la conocida docena de
apóstoles que se agrupó en torno al pescador/carpintero de Galilea y que, a
su muerte, difundió y le dio cuerpo a sus enseñanzas en buena parte del
Occidente conocido, hasta el equipo de contrainteligencia que logró infiltrar a
la cúpula de las FARC, y rescatar -sanos y salvos-, a Ingrid Betancourt y el
resto de secuestrados que con ella fueron liberados. Ya ni se diga, el
Barcelona de Messi, el Real Madrid de Cristiano o la VinoTintoSub-20 de Dudamel.
Todos ellos son ejemplos de equipos y
líderes excepcionales que logran grandes metas en sus respectivos ámbitos. Sin
embargo, junto a éstos, hay muchísimos otros equipos de otras dimensiones,
escalas y exigencias que, sin mucha estridencia, también cumplen en forma exitosa con los
objetivos sublimes o modestos para los que fueron creados.
Ese último tipo de equipo es en el que
más pensamos, cuando lo incluimos como quinto principio del NEC y como
requisito importante para cumplir el reto de la SIN. Empezando por el
equipo-base a nivel del núcleo familiar
primario y extendiéndolo a todas aquellas otras instancias de la dinámica
personal hacia donde sea posible. Difícilmente se podría asumir el reto de la
SI y convertir la práctica del NEC como una filosofía
de vida, si de ello no participa, al menos la/el cónyuge junto con el/la
que se constituye el núcleo o equipo familiar primario. No es que sea
imposible, pero sin duda será mucho más difícil hacerlo como una decisión aislada
e individual. Ya ni se diga cuando se actúa al margen o se tiene en contra el
resto del grupo familiar.
En resumen, para que la práctica del
NEC y el reto de la SIN se experimenten como una filosofía de vida, es
fundamental que el espíritu de equipo esté presente entre los que se propongan
dicho reto. Cada uno a su ritmo y manera, pero todos identificados en la visión
y el norte fundamental. Y cuando pensamos en uno de los testimonios de vida más cercanos, sobre esa manera de entender el
naturismo y la salud integral, siempre se nos viene a la mente el recuerdo del
maestro, pintor/indigenista, Alfredo Almeida y de Manuela, junto al resto de su
grupo familiar. Fueron décadas dedicadas a la práctica y
prédica del naturismo/indigenismo
que dejaron honda huella no sólo en las numerosas comunidades indígenas
venezolanas, sino en el corazón de todos aquellos que tuvimos el privilegio de
estar en contacto con esas prácticas y filosofía de vida.
En homenaje al legado y al equipo que construyeron Alfredo Almeida, Manuela y su grupo familiar, en torno
a sus particulares maneras de entender y practicar el naturismo como filosofía de vida,
publicamos, con nostálgico orgullo, esta nueva edición de naturismoysaludintegral.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario