miércoles, 11 de abril de 2018


COHN: otra forma de decir VIDA

            Desde el ángulo del Naturismo Ecológico, la palabra VIDA (LIFE o su traducción a cualquier idioma), pudiera también escribirse, en forma más universal, con estas cuatro letras-símbolos: C, O, H y N, COHN. Como se sabe, esos cuatro elementos químicos componen más del 95-96% de la masa de los seres vivos.
            Si quisiéramos referirnos, más específicamente,  a la vida humana, deberíamos agregar dos letras-elementos más: fósforo, P y azufre, S. Ambos con menos del 1% de aporte, pero fundamentales para nuestra existencia como especie. No en balde muchos los incluyen, junto a los cuatro anteriores, dentro de los llamados elementos biogenésicos primarios. Obviamente, hay unas cinco decenas más de elementos de muy poco aporte porcentual, pero de tremenda importancia en diversos aspectos de la vida humana y de otros seres vivos. En  primer lugar estarían los llamados biogenésicos secundarios (Ca, Na, Fe, Mg,…) y los oligoelementos(Mn, I, Zn, Cu,…) presentes apenas como trazas, en porcentajes comprendidos entre el 0,1% y el 0,0001%, pero que juegan un rol estelar en muchos procesos metabólicos.
            Los seis bioelementos primarios son indispensables para formar las llamadas biomoléculas orgánicas (glúcidos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos). Como ya se dijo, constituyen el 96-97 % de la materia viva seca y los porcentajes aproximados en el cuerpo humano, de cada uno de ellos, en orden decreciente serían los siguientes:  Oxígeno O2 (63%), Carbono C (19%), Hidrógeno H (10%) y Nitrógeno N (5%), Fósforo P (0,64%) y Azufre S (0,63). Veamos un brevísimo resumen del rol que cada uno de ellos cumplen:
Oxígeno: Además de formar parte de las moléculas de agua, fundamental para la vida, es un elemento muy electronegativo que permite la obtención de energía mediante la respiración aeróbica. Forma enlaces polares con el hidrógeno, dando lugar a radicales polares solubles en agua (-OH, -CHO, -COOH).
Carbono: forman largas cadenas carbono-carbono (macromoléculas) mediante enlaces simples (-CH2-CH2) o dobles (-CH=CH-), así como estructuras cíclicas. Pueden incorporar una gran variedad de radicales (=O, -OH, -NH2, -SH, PO43-), lo que da lugar a una variedad enorme de moléculas distintas. Los enlaces que forma son lo suficientemente fuertes como para formar compuestos estables, y a la vez son susceptibles de romperse sin excesiva dificultad.
Hidrógeno: además de ser uno de los componentes de la molécula de agua, indispensable para la vida y muy abundante en los seres vivos, forma parte de los esqueletos de carbono de las moléculas orgánicas. Puede enlazarse con cualquier bioelemento.
Nitrógeno: principalmente como grupo amino (-NH2.) presente en las proteínas como parte de todos los aminoácidos. También se halla en las bases nitrogenadas de los ácidos nucleicos. Prácticamente todo el nitrógeno es incorporado al mundo vivo como ion nitrato, por las plantas.
Fósforo: Se halla principalmente como grupo fosfato (PO43-) formando parte de los nucleótidos. Constituye enlaces ricos en energía que permiten su fácil intercambio (ATP).
Azufre: Se encuentra, sobre todo, como radical sulfhídrilo(-SH), formando parte de muchas proteínas, donde crean enlaces disulfuro esenciales para la estabilidad de la estructura terciaria y cuaternaria. También se halla en la coenzima A, esencial para diversas rutas metabólicas universales, como el ciclo de Krebs.
Ciertamente, la vida humana es muchísimo más que ese sexteto de elementos.  Pero, lo que queremos resalta es que, desde el punto de vista químico, la confluencia de esos seis componentes primarios y de los elementos secundarios y las trazas de oligoelemntos, es lo que hace posible la vida, tal como la conocemos en El Planeta. En cualquier caso, el rol del H y O2, así como del C y el N pone de relieve la importancia y el papel que juegan en nuestra vida y en la salud integral, tanto el agua como los alimentos vegetales.

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