COHN: otra forma de decir VIDA
Desde
el ángulo del Naturismo Ecológico, la palabra VIDA (LIFE o su traducción
a cualquier idioma), pudiera también escribirse, en forma más universal, con
estas cuatro letras-símbolos: C, O, H y N, COHN. Como se sabe, esos cuatro elementos
químicos componen más del 95-96% de la masa de los seres vivos.
Si
quisiéramos referirnos, más específicamente,
a la vida humana, deberíamos agregar dos letras-elementos más: fósforo,
P y azufre, S. Ambos con menos del 1% de aporte, pero fundamentales para
nuestra existencia como especie. No en balde muchos los incluyen, junto a los
cuatro anteriores, dentro de los llamados elementos
biogenésicos primarios. Obviamente, hay unas cinco decenas más de elementos
de muy poco aporte porcentual, pero de tremenda importancia en diversos
aspectos de la vida humana y de otros seres vivos. En primer lugar estarían los llamados biogenésicos secundarios (Ca, Na, Fe,
Mg,…) y los oligoelementos(Mn, I, Zn,
Cu,…) presentes apenas como trazas,
en porcentajes comprendidos entre el 0,1% y el 0,0001%, pero que juegan un rol
estelar en muchos procesos metabólicos.
Los
seis bioelementos primarios son
indispensables para formar las llamadas biomoléculas
orgánicas (glúcidos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos). Como ya se
dijo, constituyen el 96-97 % de la materia viva seca y los porcentajes
aproximados en el cuerpo humano, de cada uno de ellos, en orden decreciente
serían los siguientes: Oxígeno O2 (63%),
Carbono C (19%), Hidrógeno H (10%) y Nitrógeno N (5%), Fósforo P (0,64%) y
Azufre S (0,63). Veamos un brevísimo resumen del rol que cada uno de ellos
cumplen:
Oxígeno: Además de formar parte de las
moléculas de agua, fundamental para la vida, es un elemento muy electronegativo
que permite la obtención de energía mediante la respiración aeróbica. Forma
enlaces polares con el hidrógeno, dando lugar a radicales polares solubles en
agua (-OH, -CHO, -COOH).
Carbono: forman largas cadenas
carbono-carbono (macromoléculas) mediante enlaces simples (-CH2-CH2) o dobles
(-CH=CH-), así como estructuras cíclicas. Pueden incorporar una gran variedad
de radicales (=O, -OH, -NH2, -SH, PO43-), lo que da lugar a una variedad enorme
de moléculas distintas. Los enlaces que forma son lo suficientemente fuertes como
para formar compuestos estables, y a la vez son susceptibles de romperse sin
excesiva dificultad.
Hidrógeno: además de ser uno de los
componentes de la molécula de agua, indispensable para la vida y muy abundante
en los seres vivos, forma parte de los esqueletos de carbono de las moléculas
orgánicas. Puede enlazarse con cualquier bioelemento.
Nitrógeno: principalmente como grupo
amino (-NH2.) presente en las proteínas como parte de todos los aminoácidos.
También se halla en las bases nitrogenadas de los ácidos nucleicos.
Prácticamente todo el nitrógeno es incorporado al mundo vivo como ion nitrato,
por las plantas.
Fósforo: Se halla principalmente como
grupo fosfato (PO43-) formando parte de los nucleótidos. Constituye enlaces
ricos en energía que permiten su fácil intercambio (ATP).
Azufre: Se encuentra, sobre todo, como
radical sulfhídrilo(-SH), formando parte de muchas proteínas, donde crean
enlaces disulfuro esenciales para la estabilidad de la estructura terciaria y
cuaternaria. También se halla en la coenzima A, esencial para diversas rutas
metabólicas universales, como el ciclo de Krebs.
Ciertamente,
la vida humana es muchísimo más que ese sexteto de elementos. Pero, lo que queremos resalta es que, desde
el punto de vista químico, la confluencia de esos seis componentes
primarios y de los elementos secundarios y las trazas de oligoelemntos, es lo que hace posible la vida, tal como la conocemos en El Planeta.
En cualquier caso, el rol del H y O2, así como del C y el N pone de
relieve la importancia y el papel que juegan en nuestra vida y en la salud
integral, tanto el agua como los alimentos vegetales.
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